El Bank of America Tower, terminado en 2009 en Bryant Park, ya es parte del horizonte “histórico” de la ciudad: vidrio y acero para un edificio construido siguiendo los principios de la bio-arquitectura (el máximo aprovechamiento de la luz natural y una cafetería en el jardín interior), que hoy decora una parte de Midtown no muy lejos del famoso Empire State Building.

Un prisma se convierte en un palacio con una estructura única: el edificio Hearst (en el 300 de West 57th Street, cerca del Columbus Circle), diseñado por Norman Foster da voz a la locura y a la historia de Nueva York. En realidad, se trata de un edificio sobre otro edificio. La estructura de la base se completó en 1928, pero el proyecto se detuvo por la crisis del ’29 por lo que solo quedó un impresionante edificio bajo, que hoy es la base de un curioso desafío arquitectónico que se acabó de construir en el año 2006.

Entre las estructuras futuristas, se destaca también la obra de Santiago Calatrava. En 2016 – después de 12 años y 4 billones de dólares – fue inaugurado el World Trade Center Transportation Hub, conocido como Oculus.

Construido sobre las ruinas de un centro comercial destruido por los ataques del 11 de septiembre, se ha convertido en el tercer centro de transporte de la ciudad, el principal de Manhattan. Dos enormes alas de acero pintadas de blanco, de unos 50 metros, se elevan hacia el cielo coronadas por una cúpula de cristal que ilumina el suelo de mármol blanco.

Conecta 11 líneas de metro, trenes y la terminal de ferry de Hudson, además de ser el punto de acceso principal para alcanzar el World Trade Center, 9/11 Memorial y Brookfield Place.